“No habrá sociedad sustentable sin cambio interior”
Alfredo Sfeir-Younis
Cómo evalúa el concepto de sostenibilidad a 16 años de la Cumbre de Río y cuando parece que el tema ha quedado casi exclusivamente confinado en el cambio climático?
Pienso que una de las cosas fundamentales de Río fue la conciencia pública no sólo de los servidores públicos, sino de las personas en la calle, que ahora comprenden mucho mejor los efectos medio ambientales. Desde el punto de vista del avance hacia una sociedad sustentable, pienso que no se ha avanzado mucho ni ha habido cambios transcendentales. Las ciudades latinoamericanas no son ciudades sustentables, y la contaminación del agua y las enfermedades que produce esa contaminación en las aldeas rurales y en los asentamientos periurbanos es algo realmente dramático. En cuanto a la tierra, hay que discutir sobre pesticidas y fertilizantes químicos, además del uso de tierras frágiles que no deberían entrar a la utilización intensiva. La parte amazónica forestal también es un tema difícil, aparte de la pesca y lo que significan los animales salvajes y la conservación de la biodiversidad.
Pienso que los proyectos que se han realizado no han dado los resultados que se esperaban. Ahora, el cambio climático como un elemento reduccionista me parece interesante, pero no le veo mucho futuro, a menos que cambie la mente de las personas. Yo creo que no se puede hablar de calentamiento del planeta sin pensar que se trata del fiel reflejo del recalentamiento interior de los seres humanos. Al Gore dice en su libro sobre medio ambiente que la crisis ambiental de Estados Unidos es un fiel reflejo de su crisis de espiritualidad como pueblo. Yo pienso exactamente lo mismo con relación al cambio climático. Sin que se aborde el calentamiento interior, el cambio climático nunca va a ser resuelto.
Estamos hablando de relaciones de poder, de educación y de procesos graduales impulsados por gobiernos más o menos convencidos de que es necesario cambiar este declive en la construcción de la sociedad sustentable.
Yo creo que hay que pasar de una atención exclusiva de la contaminación como tal a investigar quién contamina y ponerle un nombre, un apellido y una cara. Para resolver el tema hay que preguntarse por qué el individuo contamina. Aquí hay dos elementos básicos: el concepto de sociedad sustentable en el fondo es esencialmente valórico, y mientras el ser humano no tenga la capacidad de autorrealización en términos de respeto a la naturaleza y las leyes naturales, será muy difícil que haya un desarrollo sustentable. No estamos avanzando en dirección a sociedades sustentables, a pesar de que todos conocemos las reglas porque tenemos un alto nivel de toxicidad. Hoy nadie tiene una sensibilidad de lo que significa que en este instante preciso se esté cayendo un árbol de 3.000 años en la foresta amazónica. La contaminación de nuestros sentidos es tan alta que no tenemos la sensibilidad de la destrucción ambiental, y ese es el tema fundamental. Si tú me preguntas cuál es entonces la política, yo diría que el primer paso es una gran desintoxicación del ser humano.
Los pueblos indígenas reclaman que ellos sí son respetuosos de la naturaleza.
Si miramos la ciencia, la economía, la ingeniería y la arquitectura al estilo postindustrial, notamos que el gran error es la separación del sujeto con el objeto. En nuestras profesiones hemos separado al ser humano de la naturaleza como si fuera algo diferente. Estructuralmente nos sentimos superiores a la naturaleza, que concebimos como una cosa por conquistar, algo inferior que podemos apropiar. Esta filosofía se ha expresado en el desarrollo económico de los países a través de la infraestructura, las carreteras y la destrucción de la foresta.
La cosmovisión indígena, en cambio, no separa al ser humano de la naturaleza porque lo concibe como un código genético interactivo, o sea que la destrucción de la naturaleza significa la destrucción de la población humana. La interdependencia entre el ser humano y la naturaleza se entiende desde su forma más estructurada hasta su forma más sutil. En nuestro caso no es así porque nosotros miramos los bosques como una cosa de afuera; el indígena lo ve como parte de su propia existencia y que tiene relación con su entorno más íntimo. La tierra como tal no es una cosa que está para ser productiva desde el punto de vista del mercado; la tierra es el único ambiente en el cual uno está inmerso como ser humano y puede transformarse a través de la propia transformación de la tierra. Por lo tanto, destruir la tierra y los bosques o contaminar las aguas significa para los pueblos indígenas la destrucción de su existencia.
La ciencia poco a poco está encontrando lo que los indígenas encontraron hace mucho tiempo. En los medios científicos tradicionales se ve que la separabilidad entre ciencia y ser humano, entre ciencia y espiritualidad, entre espiritualidad y naturaleza, es imposible. Por eso digo que la cosmovisión indígena es la base de la visión futura, en vez de verla como una cosa melancólica del pasado. Por el contrario, somos muy afortunados de que hoy aparezca este reconocimiento, porque la cosmovisión indígena tiene muchísimo que ofrecer en términos de política económica y social. Un ejemplo concreto es no separar las políticas comunitarias del ser humano con la política del medio ambiente; o sea, es imposible avanzar en los aspectos comunitarios sin avanzar en las leyes naturales para no eliminar el balance ecológico.
Para mí, entrar en el tema indígena fue como un tesoro escondido que me ahorró cientos de horas de educación en el ámbito de la economía y la política social.
¿Cómo ve lo que está ocurriendo en Bolivia desde que por vía democrática un representante indígena ha llegado a la Presidencia?
Que se elija un indígena que es el candidato de los indígenas es históricamente muy importante y conlleva dos cosas centrales: primero, la responsabilidad de un gobierno exitoso; sería una tragedia que no sea capaz de resolver los problemas indígenas ni los problemas de los no indígenas. Segundo, este gobierno debe ser un gobierno amplio, del cual la gente indígena y no indígena comprenda que no va aplicar sólo una política de revancha y venganza.
Creo que el gobierno de Evo Morales podría demostrar que el intelecto, la ciencia, la concepción, la visión y la política de lo indígena tienen un espacio en el mundo moderno de la globalización. Pienso que Evo Morales tiene la oportunidad de dar un mensaje al mundo de que puede haber un continuum en vez de una mutación y que muchos gobiernos de pueblos indígenas pueden aparecer.
Los pueblos indígenas deberían usar los mejores abogados, economistas y políticos indígenas y no indígenas para gobernar. Yo siempre admiré la elección de Evo Morales, pero no estoy seguro de si en este momento ha adoptado la dirección adecuada.
* La entrevista se llevó a cabo en Caracas
el 19 de enero de 2008.
Alfredo Sfeir-Younis
Cómo evalúa el concepto de sostenibilidad a 16 años de la Cumbre de Río y cuando parece que el tema ha quedado casi exclusivamente confinado en el cambio climático?
Pienso que una de las cosas fundamentales de Río fue la conciencia pública no sólo de los servidores públicos, sino de las personas en la calle, que ahora comprenden mucho mejor los efectos medio ambientales. Desde el punto de vista del avance hacia una sociedad sustentable, pienso que no se ha avanzado mucho ni ha habido cambios transcendentales. Las ciudades latinoamericanas no son ciudades sustentables, y la contaminación del agua y las enfermedades que produce esa contaminación en las aldeas rurales y en los asentamientos periurbanos es algo realmente dramático. En cuanto a la tierra, hay que discutir sobre pesticidas y fertilizantes químicos, además del uso de tierras frágiles que no deberían entrar a la utilización intensiva. La parte amazónica forestal también es un tema difícil, aparte de la pesca y lo que significan los animales salvajes y la conservación de la biodiversidad.
Pienso que los proyectos que se han realizado no han dado los resultados que se esperaban. Ahora, el cambio climático como un elemento reduccionista me parece interesante, pero no le veo mucho futuro, a menos que cambie la mente de las personas. Yo creo que no se puede hablar de calentamiento del planeta sin pensar que se trata del fiel reflejo del recalentamiento interior de los seres humanos. Al Gore dice en su libro sobre medio ambiente que la crisis ambiental de Estados Unidos es un fiel reflejo de su crisis de espiritualidad como pueblo. Yo pienso exactamente lo mismo con relación al cambio climático. Sin que se aborde el calentamiento interior, el cambio climático nunca va a ser resuelto.
Estamos hablando de relaciones de poder, de educación y de procesos graduales impulsados por gobiernos más o menos convencidos de que es necesario cambiar este declive en la construcción de la sociedad sustentable.
Yo creo que hay que pasar de una atención exclusiva de la contaminación como tal a investigar quién contamina y ponerle un nombre, un apellido y una cara. Para resolver el tema hay que preguntarse por qué el individuo contamina. Aquí hay dos elementos básicos: el concepto de sociedad sustentable en el fondo es esencialmente valórico, y mientras el ser humano no tenga la capacidad de autorrealización en términos de respeto a la naturaleza y las leyes naturales, será muy difícil que haya un desarrollo sustentable. No estamos avanzando en dirección a sociedades sustentables, a pesar de que todos conocemos las reglas porque tenemos un alto nivel de toxicidad. Hoy nadie tiene una sensibilidad de lo que significa que en este instante preciso se esté cayendo un árbol de 3.000 años en la foresta amazónica. La contaminación de nuestros sentidos es tan alta que no tenemos la sensibilidad de la destrucción ambiental, y ese es el tema fundamental. Si tú me preguntas cuál es entonces la política, yo diría que el primer paso es una gran desintoxicación del ser humano.
Los pueblos indígenas reclaman que ellos sí son respetuosos de la naturaleza.
Si miramos la ciencia, la economía, la ingeniería y la arquitectura al estilo postindustrial, notamos que el gran error es la separación del sujeto con el objeto. En nuestras profesiones hemos separado al ser humano de la naturaleza como si fuera algo diferente. Estructuralmente nos sentimos superiores a la naturaleza, que concebimos como una cosa por conquistar, algo inferior que podemos apropiar. Esta filosofía se ha expresado en el desarrollo económico de los países a través de la infraestructura, las carreteras y la destrucción de la foresta.
La cosmovisión indígena, en cambio, no separa al ser humano de la naturaleza porque lo concibe como un código genético interactivo, o sea que la destrucción de la naturaleza significa la destrucción de la población humana. La interdependencia entre el ser humano y la naturaleza se entiende desde su forma más estructurada hasta su forma más sutil. En nuestro caso no es así porque nosotros miramos los bosques como una cosa de afuera; el indígena lo ve como parte de su propia existencia y que tiene relación con su entorno más íntimo. La tierra como tal no es una cosa que está para ser productiva desde el punto de vista del mercado; la tierra es el único ambiente en el cual uno está inmerso como ser humano y puede transformarse a través de la propia transformación de la tierra. Por lo tanto, destruir la tierra y los bosques o contaminar las aguas significa para los pueblos indígenas la destrucción de su existencia.
La ciencia poco a poco está encontrando lo que los indígenas encontraron hace mucho tiempo. En los medios científicos tradicionales se ve que la separabilidad entre ciencia y ser humano, entre ciencia y espiritualidad, entre espiritualidad y naturaleza, es imposible. Por eso digo que la cosmovisión indígena es la base de la visión futura, en vez de verla como una cosa melancólica del pasado. Por el contrario, somos muy afortunados de que hoy aparezca este reconocimiento, porque la cosmovisión indígena tiene muchísimo que ofrecer en términos de política económica y social. Un ejemplo concreto es no separar las políticas comunitarias del ser humano con la política del medio ambiente; o sea, es imposible avanzar en los aspectos comunitarios sin avanzar en las leyes naturales para no eliminar el balance ecológico.
Para mí, entrar en el tema indígena fue como un tesoro escondido que me ahorró cientos de horas de educación en el ámbito de la economía y la política social.
¿Cómo ve lo que está ocurriendo en Bolivia desde que por vía democrática un representante indígena ha llegado a la Presidencia?
Que se elija un indígena que es el candidato de los indígenas es históricamente muy importante y conlleva dos cosas centrales: primero, la responsabilidad de un gobierno exitoso; sería una tragedia que no sea capaz de resolver los problemas indígenas ni los problemas de los no indígenas. Segundo, este gobierno debe ser un gobierno amplio, del cual la gente indígena y no indígena comprenda que no va aplicar sólo una política de revancha y venganza.
Creo que el gobierno de Evo Morales podría demostrar que el intelecto, la ciencia, la concepción, la visión y la política de lo indígena tienen un espacio en el mundo moderno de la globalización. Pienso que Evo Morales tiene la oportunidad de dar un mensaje al mundo de que puede haber un continuum en vez de una mutación y que muchos gobiernos de pueblos indígenas pueden aparecer.
Los pueblos indígenas deberían usar los mejores abogados, economistas y políticos indígenas y no indígenas para gobernar. Yo siempre admiré la elección de Evo Morales, pero no estoy seguro de si en este momento ha adoptado la dirección adecuada.
* La entrevista se llevó a cabo en Caracas
el 19 de enero de 2008.
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Miembro de la Campaña A Limpiar El Mundo
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