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lunes, 4 de enero de 2010

El fracaso de las negociaciones en Copenhague, el futuro está en manos del pueblo


Josie Riffaud, una de las líderes del movimiento campesino La Vía Campesina, ha declarado: “El dinero y las soluciones de mercado no van a resolver la crisis actual. Necesitamos cambiar radicalmente la manera en la que producimos y consumimos y esto es justamente lo que no se ha hablado en Copenhague”.

(Copenhague, 19 de diciembre de 2009) Las negociaciones sobre el clima mantenidas esta semana en Copenhague han terminado fracasando. Los gobiernos del mundo se han mostrado incapaces o reacios a realizar los cambios necesarios para encontrar una solución justa al caos climático actual. Las negociaciones han estado marcadas por los intereses individuales y las “soluciones” de mercado que hasta ahora han mostrado ser ineficaces.

Josie Riffaud, una de las líderes del movimiento campesino La Vía Campesina, ha declarado: “El dinero y las soluciones de mercado no van a resolver la crisis actual. Necesitamos cambiar radicalmente la manera en la que producimos y consumimos y esto es justamente lo que no se ha hablado en Copenhague”.
Los gobiernos de los países industrializados y no industrializados han demostrado su reticencia para abordar el modelo de desarrollo que ha derivado en desastres económicos y medioambientales.

Han sido incapaces de aportar soluciones reales y comprobar que los mercados de carbono no resolverán la crisis climática.

No se han debatido ni considerado los recortes drásticos de emisiones (incluidos en un acuerdo vinculante), la reorientación de las economías de agro-exportación, la reforma agraria y otras medidas que podrían realmente contribuir a enlentecer el calentamiento de la tierra. Una vez más los gobiernos han actuado individualmente de manera egoísta y han fracasado en considerar las alternativas reales ofrecidas por los movimientos sociales internacionales, grupos ecologistas, pueblos indígenas y otros para lograr una sociedad más justa.

A pesar de que el “acuerdo de Copenhague” no menciona explícitamente la agricultura, parece que durante las dos semanas de negociaciones, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) ha querido incluir el suelo entre los métodos para capturar carbono e incluir la agricultura en su transferencia de tecnología, abriendo así el espacio a las compañías transnacionales para recibir subsidios con el fin de introducir semillas transgénicas y métodos de agricultura industrial como la labranza cero. Ésta es precisamente la fórmula de desarrollo agrícola que nos ha llevado a la crisis social y medioambiental que sufre actualmente el campo.

La calle y los pasillos del Bella Center fueron testigos el 16 de diciembre del auténtico poder en Copenhague cuando los activistas, grupos comunitarios, movimientos sociales locales e internacionales y ONGs del Norte y del Sur presionaron para reunirse en un “tercer” espacio simbólico a las puertas del Bella Center.

La violenta represión de la policía, incluyendo la detención preventiva de muchos de los portavoces del movimiento “Climate Justice Action”, puso de manifiesto la desesperación de los gobiernos a la hora de silenciar las voces que proclaman las auténticas soluciones.

No podemos esperar a que los gobiernos ofrezcan una solución mágica a la crisis climática. Bajo los dictados de las compañías transnacionales se limitan a perpetuar la especulación sobre el capital, en esta ocasión mediante el carbono, y hacer de los cimientos de la vida su mercado de valores.

A la vista del fracaso de la COP 15, los movimientos sociales internacionales están más preparados que nunca para atajar los problemas del mundo y se movilizarán para la próxima conferencia del clima que se celebrará en México a finales de 2010. Ha llegado su momento y los gobiernos no tendrán otra opción que escucharles.