“El Socialismo del Siglo XXI dentro de su concepción es un sistema que cree en el ecodesarrollo y esta comprometido con la defensa de la naturaleza”. H.C.F
La ciudad cambia y los barceloneses también cambiamos. Cambiamos los que ya estábamos y cambiamos porque llegan otros nuevos. Por este motivo Barcelona cambia de aspecto y cambia de gente. La ciudad no es un templo, sino un ágora, un lugar de encuentro y de intercambio. La ciudad es un espacio de relación donde pasan las cosas que pasan en el mundo. Barcelona hace a los barceloneses y los barceloneses hacen a Barcelona. Desde siempre, los barceloneses cambiamos y nos hacemos distintos, para poder ser barceloneses de ahora mismo, no un recuerdo histórico viciado.
Y por esta razón nos preguntamos hacia dónde vamos y cómo queremos que cambie Barcelona. Hay un anhelo en Anzoátegui de que Barcelona sea diferente, pero Diferente no equivale a mejor. La Barcelona que queremos debería ser la Barcelona que nos conviene. Nos conviene la Barcelona posible e inevitable, es decir, la ciudad de la que somos capaces, pero también la Barcelona que Anzoátegui pide. La Barcelona posible que nace de nuestra voluntad, pero también la Barcelona inevitable del momento en que vivimos, locales y globales a la vez. Nos conviene querer lo que podemos hacer, deberíamos querer lo que le hace falta al planeta.
La sostenibilidad es la opción necesaria, por lo tanto. Compartir para poder ser. Ser con plenitud, compartir en el espacio con los otros humanos y compartir en el tiempo con los ciudadanos de años venideros. Compartir los recursos sin estropearlos, porque ahorrar no es ser pobre. Compartir el bienestar con los demás humanos, porque es más rico quien más ofrece. Es una cuestión de mejor organización socioeconómica, de aplicación de nuevas tecnologías más eficientes y, especialmente, de cambio de actitud civil. En este contexto, Barcelona tiene que avanzar hacia la sostenibilidad urbana para que los barceloneses disfruten de una ciudad mejor que no se erija contra las demás ciudades, ni contra las demás personas. Una ciudad que, responsablemente, acoja y coopere. La contaminación se ha robado el orgullo de Barcelona en 100 años y somos Todos quienes tenemos el deber y el reto de devolvérselo. Barcelona debe ser nuevamente asociada con El Gran Neveri, el espejo de los cangrejos como lo llamaban los cumanagotos, El espíritu unificador del Cacique Cayaurima debe ser un estimulo para devolverles a nuestros abuelos nativos que por mas de 1000 años vivieron en armonía con la naturaleza lo que el pseudo desarrollo le quito, es momento de hacer revolución de conciencia y acción en Barcelona, quedan pocos cangrejos en el Neveri la mayoría contaminados por mas de 33 puntos de aguas servidas que caen directamente al rio, pero aun queda mucha esperanza para que sumemos voluntades y devolvamos al Rió Neveri lo que le hemos quitado, no en vano este año hemos declarado el exhorto: S.O.S por el rescate del neveri Unidos por la Ecosustentabilidad del Neveri y Unidos para que hayan responsabilidades por el Ecocidio de Cerro Venezuela el cual sigue en pleno desarrollo a la vista de los habitantes de la zona metropolitana y sus foráneos.
La sostenibilidad no es ninguna quimera, sino un camino innovador hacia la plena existencia compartida. Es un camino exploratorio, pero un camino real y posible. Más bien un camino necesario, porque ahora consumimos más recursos de los que realmente tenemos, vertemos más residuos de los que nuestro medio ambiente puede asimilar, empobrecemos peligrosamente la biodiversidad y, encima, redistribuimos de manera poco equitativa los beneficios de esta voraz apropiación de los recursos planetarios. Técnicamente, la sostenibilidad es la internalización de todas las consecuencias del proceso productivo y de consumo. En palabras más sencillas podríamos decir que la sostenibilidad es el apasionante camino de ser felices consumiendo sólo lo que necesitamos y sin comprometer la felicidad de los demás. Sostenible significa corresponsable. Por esta razón, sostenible significa bien visto. Bien visto por quienes mejoran el mundo, por quienes buscan modelos en los que reflejarse, bien visto por uno mismo. Barcelona estará bien vista si, responsablemente, gestiona con eficiencia los recursos, si no exporta disfunciones ambientales, si integra ilusiones e innovaciones. Y esto implica participación y corresponsabilidad de toda la ciudadanía, además de exigencias a los poderes públicos ( municipal, regional y nacional ), porque hacer las cosas sosteniblemente bien significa hacerlas como es debido entre todos. La sostenibilidad no es una carta al niño jesus, sino un pacto de participada corresponsabilización cívica. Corresponsabilidad para con el ambiente, con los recursos, entre la ciudadanía.
La propuesta que tenemos para arrancar es La Agenda 21 Local, que nos indica el camino para darle el Equilibrio a Barcelona . Nos ayuda a reconsiderar la ciudad, nos ayuda, sobre todo, a reconsiderarnos. La Agenda 21 es un diagnóstico y un plan de acción. Con el diagnóstico, toma el pulso de la ciudad e identifica las fuerzas y las debilidades de la ciudad que quiere avanzar hacia la sostenibilidad urbana. Con el plan de acción, establece los propósitos y los campos de actuación que de ellos se desprenden, es decir: qué se debe hacer para llegar a dónde. La Agenda 21 es un programa para hacer realidad, pactadamente, los deseos sostenibilistas. La Agenda 21 de Barcelona es la relación de cosas que hay que hacer para construir sosteniblemente la Barcelona del siglo XXI.
La participación está en la base de la Agenda 21. Difícilmente se podría hablar de corresponsabilidad sin participación. Por este motivo la Agenda 21 de Barcelona debe ser elaborada con el concurso de miles de ciudadanos, creemos que desde las escuelas podemos lograr el piloto que permita hacer engranajes transformadores y generadores de soluciones.
Creemos el La Fundación Armonía Global que La Barcelona sostenible del siglo XXI debe ser un espacio de soluciones. Soluciones socioeconómicas, urbanísticas y ambientales para garantizar y mejorar la calidad y la cantidad del espacio público de relación, es decir de las calles y de las plazas, de los jardines y de los parques, del verde diverso y de la construcción acogedora. Soluciones para que la deseable ciudad mixta y compacta no se haga demasiado densa y asfixiante, caminos para recuperar y reconfigurar el tejido urbano ejerciendo la cultura de la rehabilitación creativa y con visión de futuro. Soluciones para una nueva movilidad basada en el transporte público, garante de la accesibilidad efectiva de todos en todas partes y con costes ambientales moderados. Soluciones ambientales, en efecto, a favor de la salud de las personas y del mismo ambiente, libre de residuos, menos ruidoso, respirable, gratificante también para el resto de seres vivos que comparten el espacio con nosotros. Soluciones, pues, que integren prácticas de recogida selectiva y tratamiento recuperativo de la basura, que primen los alimentos frescos y saludables, que ahorren agua, energía y recursos, que minimicen el impacto negativo de la ciudad sobre el planeta y la atmósfera. Soluciones, finalmente y sobre todo, que favorezcan la cohesión social y la salud civil de la ciudadanía, procedan de donde procedan.
Soluciones socioambientales y soluciones productivas. La ciudad es un espacio de producción y de relación, no es sólo un espacio de residencia. No se pueden disociar las soluciones ambientales y sociales de los planteamientos económicos. La producción, ya sea de bienes o de servicios, es la razón de ser de la ciudad. Vivimos juntos para producir e intercambiar. Por esta razón la ciudad tiene que ser compacta, pero también por ello debe ser vivible. La sostenibilidad urbana empieza por la consolidación sostenible del sistema productivo, sin el cual la ciudad se convertiría en un decorado inconsistente.
No estamos solos. Miles de pueblos y ciudades del mundo entero han entrado en el proceso de establecimiento de sus Agendas 21 Locales. Somos muchos los que queremos este “nuevo mundo posible y necesario”, diferente por mejor. No estamos solos, pero vamos en cabeza, porque queremos que desde Anzoátegui se proclame la Acción de Ciudades Sostenibles en la Venezuela del XXI. Tenemos que estar orgullosos de ello y, en especial, tenemos que ser dignos de ello. La Agenda 21 es el camino que nos acerca a la deseable sostenibilidad urbana. La Agenda 21 no es una herramienta de efectos mágicos. Es un instrumento para construir la ciudad sostenible que queremos. Para construirla pactadamente y sin duda con esfuerzo, conscientes de que los cambios requieren trabajo y que no todo el mundo desea las mismas cosas. La Agenda 21 supone autoexigencia y espíritu de concertación, como la misma idea de sostenibilidad, que siempre nace del pacto, porque toda victoria real es a la vez una derrota parcial. Hay que entender que es así.
Cambiar significa gobernar para el cambio. La insostenibilidad procede de nuestra demanda y, por ello, la sostenibilidad debe gestionar adecuadamente la oferta. Nuestro mundo será sostenible no cuando nos dé todo cuanto le pidamos y no tiene, sino cuando le pidamos sólo lo que realmente puede ofrecernos. Gobernar es contrariar las tendencias. Para cambiar será necesario tomar decisiones, hacer actos decisivos de gobierno. La Agenda 21 indica los caminos, pero no gobierna la ciudad. La Barcelona sostenible y mejor es una Barcelona sosteniblemente gobernada, una ciudad de presente y de futuro, gobernada en el presente para el futuro. Si no se gobierna para el cambio que necesitamos, el cambio que no necesitamos hará la ciudad ingobernable. La gestión de la transición es la clave del proceso. Porque cambiar significa gestionar el proceso de cambio. Habrá dificultades. En urbanismo y en transporte, en energía y en residuos, en agua y en ruido, en hábitos y en costumbres. Sabemos dónde estamos y dónde querríamos estar. Tenemos que saber cómo llegar hasta allí. Y, sobre todo, tenemos que llegar allí. Por ello duele que hasta ahora el Ecocidio del Cerro Venezuela no tenga responsabilidades civiles, administrativas y penales. La revoluciones son de acciones y conciencias es por ello que hasta que no hayan acciones coherentes y contundentes no avanzaremos hacia un mundo mejor y contribuiremos a la destrucción local y global.
«El pecado más grande es no hacer nada porque piensas que sólo puedes hacer muy poco.» E. Burke (1729-1797)
Para La Fundación Armonía Global Una Barcelona Sustentable del siglo XXI requiere: Proteger los espacios libres y la biodiversidad y ampliar el verde urbano, Defender la ciudad compacta y diversa, con un espacio público de calidad Mejorar la movilidad y hacer de la calle un entorno acogedor, Alcanzar niveles óptimos de calidad ambiental y conseguir una ciudad saludable , Preservar los recursos naturales como El Rio Neveri, El Cerro Venezuela y el Parque Simón Bolívar del Delta del Neveri., además promover el uso de los renovables ,Reducir la producción de residuos y fomentar la cultura de la reutilización y el reciclaje, Aumentar la cohesión social, fortaleciendo los mecanismos de equidad y participación , Potenciar la actividad económica orientada hacia un desarrollo sostenible , Progresar en la cultura de la sostenibilidad mediante la educación y la comunicación ambiental Reducir el impacto de la ciudad sobre el planeta y promover la cooperación internacional.
Promoviendo la Revolución de Conciencia.
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Elsy Mata Marcano. Directora de la Fundación Armonía Global. Contactos: Elsymata50@cantv.net 04148189443.